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SEXOLOGIA


EL LEVÍTICO 15, 1-2 Y EL MATRIMONIO 

 

«Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Hablad a los hijos de Israel, decidles: Cualquier varón cuando su simiente manare de su carne, será inmundo». Es indispensable comprender que donde existe el Deseo no puede existir el Amor, porque el Amor y el Deseo son incompatibles. Es necesario que comprendamos que el Deseo produce un engaño, pues, quien desea, cree estar enamorado, se siente enamorado, podría jurar que esta enamorado. Ese es el engaño del Deseo. Fíjese usted: Cuantas veces vemos parejas que «dizque se adoran», pero después de casados, ¿Por qué el castillo de naipes se derrumba y que queda? La triste realidad: aquellos que se creían enamorados, en el fondo se odian y el fracaso, después de satisfecho el Deseo, es inevitable. Entonces solo escuchamos quejas, lamentos, reproches y lagrimas. Ese es el caso patético de todos los matrimonios. ¿Entonces, dónde estaba el Amor? ¿Qué se hizo el Amor?

Amar cuando hay deseo es imposible. El «Yo» es Deseo, y el «Yo» es infrahumano, inhumano, bestial; por lo tanto el «Yo» no sabe amar. El Amor tiene su clima propio, su sabor, su felicidad. Esto sólo lo conoce quien ya desintegró el Deseo animal. El Amor no se parece a nada de aquello que la gente llama amor. Lo que la gente cree ser Amor, es tan solo Deseo engañador. El Deseo es una substancia engañosa que se combina en la mente y el coraz6n para hacemos sentir algo que no siendo Amor, nos hace creer firmemente que es Amor. Sólo la horrible realidad que se presenta después de consumado el acto sexual, o sea, satisfecho el Deseo, viene a demostrarnos claramente que fuimos victimas de un engaño. Creíamos estar enamorados y realmente no lo estábamos.

 

EL «YO», CONCIENCIA Y AMOR.

Si en los hogares solo reinara el Amor y la Sabiduría, el mundo fuera un paraíso. Pero la humanidad no sabe Amar, confunde el Deseo con Amor, y el Amor con el Deseo. Solo cuando la Conciencia se libera del «Yo», puede y sabe Amar.

Para amar hay que tener la Conciencia emancipada, libre de «Yoes». Aquellos que tienen su Conciencia libre de Ira, Lujuria, Orgullo, Pereza, Gula, Codicia, Envidia, etc., etc., saben amar verdaderamente. El «Yo» no sabe amar; el «Yo» que hoy jura Amor, es desplazado por otro «Yo» que no tiene ganas de querer.

Ya sabemos que el «Yo» de la Psicología Experimental son los «Demonios Rojos de Seth» nombrados por los Egipcios en «El Libra de los Muertos», es la Legión del poseso en el Evangelio Cristico; él es Pluralizado; y toda esa sucesión del «Yo» vive en batalla.

Se dice que tenemos una mente, pero en verdad lo que poseemos son muchas mentes, pues cada «Yo» psicológico tiene su mente. Y así tenemos que el «Yo» que besa y adora a la mujer amada, es desplazado por otro «Yo» que la odia. Quien no ha emancipado la Conciencia del «Yo» no puede Amar, pero si experimentará el Deseo Bestial de la Lujuria. Por la boca del ser humano que tiene la Conciencia embotellada en el «Yo», habla Legión de «Yoes» que juran Amor; «Yoes» que abandonan a la adorada; «Yoes» que odian; «Yoes» de los celos, de la Ira, del Rencor, etc., etc. Sólo la Conciencia sabe Amar.

El «Yo» es la raíz de los conflictos y divorcios de las parejas; es la raíz de todos nuestros errores. Cuando es eliminado, solo queda en nosotros la Conciencia, el Alma. Cuando el «Yo» desaparece lo único que queda dentro de nosotros es eso que se llama Amor, adviene a nosotros la autentica y legitima felicidad; se termina para siempre nuestra vida de amargura.

El Amor es la religión mas elevada, Y las parejas deben comprender Eso que se llama Amor. Realmente, el Amor es la única fuerza que puede salvar absolutamente al Matrimonio. El sexo es la piedra básica sobre la cual tenemos que edificar el Templo para nuestro Señor El Cristo. Por eso se nos ha dicho:

«La piedra que desecharon los que edificaron, esta fue hecha por cabeza de esquina: Por el Señor es hecho y es casa maravillosa esto». Esta piedra, el Sexo, es desechada por los Infrasexuales que presumen de perfectos, por monjes, monjas, sacerdotes célibes, prostitutas, homosexuales, masturbadores, abusadores del sexo, etc. Es realmente maravillosa que esta Piedra, considerada como Tabú, pecado o sencillamente como instrumento de placer, sea puesta como Cabeza de Esquina del Templo. «Por lo tanto os digo que el Reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a la gente que haga los frutos de Él. Y el que cayere sobre esta piedra, será quebrantando; y sobre quien ella cayere, lo desmenuzará» (Mateo 21, 42-45).

 

FUNDAMENTO DE LA NUEVA ASCETICA

«Te doy Amor en el cual esta contenido todo el Sumun de la Sabiduría (Hermes Trismegisto). No son hormonas o vitaminas de patente lo que se necesita para la vida, sino auténticos sentimientos del tu y yo, y por ende el intercambio de las mas selectas facultades afectivas, eróticas, entre el varón y la mujer. Y este intercambio solo es factible a través del secreto secretorum de los Sabios: «Conexión del Lingam - Yoni (Phalo-Útero) sin eyacular jamás el Ens Seminis». Esta clave nos lleva a la unidad del Alma, y lo sexual pierde el carácter de sospechoso y menospreciado que solo se acepta secretamente y con cierta declarada vergüenza; por el contrario, es puesto al servicio de un maravilloso gozo de vivir.

La ascética medieval rechazaba el sexo calificándolo como Tabú o pecado. La nueva ascética se fundamenta en el sexo; es claro que el Matrimonio fuera del Adulterio y de la Fornicación es la clave de toda Felicidad y del autentico Amor.

«Conexión Phalo-Útero sin eyaculación del «Ens Seminis», es evadirnos de la sombría corriente cotidiana del acoplamiento vulgar común y corriente y nos permite entrar en la esfera luminosa del equilibrio entre materia-espíritu. Pero hablemos claro y sin ambages: solo renunciando a la concupiscencia animal (eyaculación seminal) en aras de la espiritualidad es fundamental para experimentar en forma íntima y directa el Suprasexo; este Suprasexo es verdaderamente el «Hilo de Ariadna» que ha de conducirnos de las tinieblas a la Luz, de la muerte a la inmortalidad, o sea, esta suprasexualidad, nos permite influir conscientemente sobre nuestro mundo interior o anímico.

Levítico 15,1-2, el Señor Jehová nos dice que quien tenga «emisión (eyaculación) seminal» será inmundo; así pues, todo Matrimonio debe considerar, reflexionar y cumplir con esta Ordenanza, porque allí se prohíbe total y de manera absoluta el Espasmo Sexual. Aquellas parejas que se conectan sexualmente jamás deberían llegar al espasmo u orgasmo, porque ese es el Mandamiento del Amo del mundo, el Señor Jehová. Bien saben los fisiólogos que el espasmo es muy violento, y si se violenta el organismo, el resultado no se hace esperar: Impotencia, daños al sistema nervioso, etc. Es evidente que sólo cumplen con el Mandamiento del Señor Jehová, aquellas parejas que tratan de superar el dilema dualista entre el mundo anímico y el de los sentidos, quienes dotadas de Intima Recordación de sí, se hallan absolutamente libres de cualquier especie de hipocresía, mojigatería, negación y devaluación de la vida.

Galeno ha dicho:

«Triste est omne animal post coitum, praeter mulierem gallamque».

Esto es un real axioma, que en lo esencial es exacto en cuanto al sexo masculino respecta. En el Amor, nada importa ciertamente el dolor ni la alegría, sino sólo eso que se llama Amor. El Amor se enciende con el Amor, como el fuego con el fuego... El Amor comienza con un destello de simpatía, se substancializa con la fuerza del cariño y se sintetiza en Adoración.



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