REVISTA GNOSIS On Line: Editorial
EDITORIAL

INTEGRACION DE LOS PAISES LATINOAMERICANOS


En los últimos tiempos se ha venido insistiendo sobre la urgente necesidad de la integración de los países Latinoamericanos. Los estudiosos del tema nos hablan que la integración no sólo es un fenómeno económico, social y político, sino también cultural. Debemos aprender a ver la integración Latinoamericana de manera global, como un proceso que tiene como objetivo ulterior el desarrollo autónomo de estos países, que tengan respuestas a los intereses de los Latinoamericanos para los Latinoamericanos.

En su época, Charles de Gaulle, quería establecer una Tercera Posición Mundial con un bloque de países Latinoamericanos. Una asamblea de naciones como la que el pedía tendría que poseer «visión clara y ser suficientemente decidida como para dirigir la gran lucha que sostiene el hombre para librarse del hambre, la miseria y la ignorancia, mediante una corporación sin segundas intenciones»; después habló de "un equilibrio en que cada nación encontraría su lugar adecuado". Para aquel entonces el General de Gaulle quería que una Asamblea de Naciones se uniera al Uruguay y a Francia con el propósito especifico de formar una Tercera Fuerza que pudiera darle a la política internacional el "perfecto equilibrio". El entonces Presidente de Francia dirigió el llamamiento a mas de cincuenta países que habían logrado la independencia en los últimos años los cuales, dijo: «están sometidos a ideologías que compiten desesperadamente entre sí».

Es lamentable que todavía los Latinoamericanos no comprendamos la tremenda misión mundial que debe cumplir la América Latina. No creemos que Francia ni ningún otro país europeo sea el llamado a establecer un Bloque Mundial o una posición Política Mundial. Pensamos que una Nueva Fuerza es difícil que pueda ser establecida por alguna nación europea debido a que toda Europa esta embotellada en terribles prejuicios anticuados y extemporáneos. Una Nueva Posición o un nuevo Orden Mundial debe ser propuesto sólo por la América Latina. De ninguna manera queremos desconocer los vínculos espirituales y culturales, el origen latino y la cristiandad, que enlazan a Latino-América con Francia, pero además de todo esto, la gente Latinoamericana tiene sangre Indo-americana.

La raza Latinoamericana mezcla de Indio Occidental con Latino, tiene de hecho algo nuevo en la sangre, algo nuevo en las ideas, algo nuevo en la política. Respetamos a todas las naciones latinas de Europa, pero aquello que transforma no es nunca lo viejo sino lo nuevo. La América Latina representa una raza nueva con nuevas ideas y propósitos. Por lo tanto es América Latina la llamada a establecer en el mundo Una Nueva Fuerza.

Hoy día se habla mas intensamente de Integración Latinoamericana, y no se refiere sólo a la unidad geográfica como «comunidad económica». Es innegable que Ibero América posee su base en un patrimonio histórico común, con manifestaciones culturales comunes y por sobre todo, una lengua común, como es el castellano, que convive y es enriquecido por las numerosas lenguas de las comunidades indígenas que es necesario preservar y potenciar como vehículo de comunicación y de señal de identidad. Una Integración Latinoamericana constituirá un fenómeno político y económico que transformará al mundo. La gran familia Latinoamericana compuesta por naciones libres y soberanas, pueden y deben integrarse conservando cada nación su independencia y soberanía. Es urgente que todo Latinoamericano comprenda con urgencia, la hora que vivimos y la necesidad de una integraci6n de Estados. Es absurdo que gentes de la misma lengua y raza, prosigan divididas por fanatismos nacionalistas. Si toda América Latina se integrara, convertida en una nación autónoma y soberana, se convertiría de hecho en la Primera Potencia Mundial. La capital de esta Nación se puede establecer en cualquiera de sus países, mediante el sistema de votación popular. Ningún país perdería su soberanía y libertad. El gobierno de los Estados Unidos Latinoamericanos estaría constituido por individuos de todos los países Latinoamericanos. Y el primer magistrado seria electo por toda la América Latina mediante elecciones libres. Infortunadamente, los Latinoamericanos ponen mucho énfasis en sus diferencias, y pelean entre sí como poniendo como imposible tal integración; hace falta una base popular mas fuerte y sobre todo apoyo efectivo del discurso de las clases obreras, cuyos intereses han sido, por mucho tiempo, nacionalistas, y tienden a resaltar mas las diferencias que las concordancias con otros países del área. De allí, que por mucho tiempo, el discurso integracionista en América Latina, ha sido meramente ret6rico y son mínimas las veces que se transforma en hechos concretos.

El Gnosticismo invita a los ciudadanos Latinoamericanos a luchar a fondo por una Confederación de Estados Latinoamericanos; comprendamos que la hora para América Latina ha llegado. América Latina debe despertar de su letargo milenario, con el firme propósito de iniciar una nueva Era.

¡Ciudadanos Latino-americanos! ¡Nuestra hora ha llegado! ...*



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